DESDE LA ARAUCANÍA A BERLIN || Lucy Levio
De la Araucanía a la Puerta de Brandeburgo (Berlín Marathon 2019)
La motivación
Hace un año atrás puse alarma para despertar para ver el Maratón de Berlín de madrugada. Me motivaba la posibilidad de ver en directo la maratón más rápida del mundo, esos 42 kilómetros que han hecho grandes a mis ídolos de las largas distancias, entre ellos y Haile Gebrselassie y Eliud Kipchoge.
Recuerdo que desperté, pero a ratos veía y luego dormitaba. Finalmente, pude ver el cierre donde Kipchoge bate el récord del mundo acercándose a la barrera de 2 horas como nunca antes algún corredor lo hizo. Tan fanática soy, que no podía creer que estaba viendo un acontecimiento histórico, y tan fanática soy que me dieron ganas de correr ese maratón del que todo el mundo hablaba.
Luego en Octubre, ya decidida a correr un maratón el 2019, postulé a Chicago, pues me alcanzaba con la marca de un maratón anterior. Quedé!
No obstante, seguía pensando en Berlín, me dispuse a buscar opciones, fue así como propuse a mis partner de club postular al sorteo. Varios compañeros se motivaron y postularon, unos en equipos y otro individualmente. Por ahí también mi querida Ruth, me insistía con ir a Berlín, ya que ella estaba sobrada de marca para quedar clasificada. Respecto del sorteo, quedó favorecida Angelica, la incondicional amiga de Ruth. Luego me enteré que también quedaron Yesenia y Pablo.
Quienes que no quedamos conseguimos la inscripción mediante agencia, donde ofrecen un paquete triple: inscripción, vuelo y hotel. Mi amigo Omar realizó los contactos, mientras yo investigaba respecto del funcionamiento de esta opción. Como dato, puedo comentar que se puede optar también por comprar dos de las tres opciones para abaratar costos, obviamente la inscripción es obligatoria. Optamos por vuelo e inscripción.
La incertidumbre de mi proceso de entrenamiento
En Junio comencé a entrenar con muchas dudas, pues mi paso el año anterior por la Maratón de Nueva York había sido algo frustrante. Tenía miedo al arduo proceso de entrenamiento corriendo, terror a sufrir una lesión que me deje fuera de las pistas habiendo invertido en este desafío, que además, sería el primero en Europa.
Debo comentar que mi lesión que ya es una condición en mis rodillas me hizo pensar en algún momento en la posibilidad de desechar completamente el running porque los médicos me decían que podía correr pero sin sobrecargarme, que siga trotando para disfrutar y finalizar una carrera sin ponerme objetivos como antes. ¿A qué voy a ir si no voy con todo?, pensaba! Fue entonces que comencé a googlear acerca del problema que afecta mis rodillas hasta que una vez me encontré en YouTube vi un video de un médico Español que corría maratones teniendo esta condición. Entonces, me dije: “si él puede, yo también puedo”. Hablé con mi traumatólogo nuevamente comentándole mi objetivo, hasta que me dio la receta mágica para estabilizar mis rodillas.
Hardy, por su lado, elaboró un plan de entrenamiento especial para mí considerando mis limitaciones. Le solicito que prevalezca el fortalecimiento, entonces él reduce a la mitad el entrenamiento corriendo y lo reemplaza por otra actividad que permita mejorar la base aeróbica, tales como elíptica y escalera. Así fue como entrené, corriendo en promedio unos 40 kilómetros por semana, pero con la fe ciega en un resultado positivo.
Pasaron los meses, los controles de 24, 28, 30 y 35 kilómetros con el team, en los cuales notaba que resistía, a veces con bastante dolor en los músculos que soportan mis rodillas, pero resistiendo finalmente y logrando mantener un ritmo que se ajustaba a mi objetivo. “Vamos que se puede”, me decía yo.
Estaba motivada, hasta pensé que podría volver a hacer los tiempos de antes. Me motivaba el grupo que se armó para esta aventura, los compañeros de team que entienden como nadie está “obsesión” que tenemos por los kilómetros. Estaban ahí también motivando constantemente el grupo del “Barrio Irarrázaval”, algunos días comentando las molestias, el cansancio, el poco tiempo para entrenar, el exceso de trabajo, los resultados de las carreras, etc. “Vamos que se puede”, Nos decíamos para apoyarnos.
El viaje soñado a Europa
Llego la semana del viaje. Omar, Yesenia, Pablo, Ruth, Angelica y el Coach, emprendimos esta aventura al viejo continente.
Arribamos a Europa el 18 de Septiembre! Un sueño cumplido…Paris y Amsterdam fueron nuestras paradas premaraton con mis partner Omar y Carla. Durante estas paradas intente dormir mucho para desconectarme de los temas de trabajo que a esas alturas me preocupaban, cuidar la alimentación e hidratación, descansar, entrenar de acuerdo al plan, y por supuesto, disfrutar de cada uno de los lugares que visitaba.
Poco a poco nos vamos acercando a Berlín con bastante incertidumbre en mi caso, pues tenía mente un objetivo, pero no estaba segura de lograrlo. Los controles me habían dado más seguridad, pero mis piernas muchas veces me fallaban en los últimos kilómetros. “Es cuestión de cabeza”, me decía a mí misma.
Arribamos a Berlín el Jueves 26 yendo directamente a conocer la histórica Puerta de Brandeburgo. La mítica puerta estaba repleta de turista deportivos de distintos lugares fotografiándose. Por el lado de atrás estaba el Hall of Fame, una especie de container convertido en tienda donde había imágenes de los principales ganadores de versiones anteriores, más un muro con los nombres de todos los runners que correrían Berlín 2019 (me encontré). En este lugar también había Merchandising que incluye ropa deportiva con el logo del maratón. Además, en este sitio en la noche del sábado serian presentados los atletas elite.
Luego fuimos a dejar nuestro equipaje al departamento para acudir a la Expo a retirar el número de corredor. Este proceso es muy rápido y practico como todo alemán, primero el retiro del dorsal que se imprime ahí mismo, más el chip que se engancha a la zapatilla. Aproveché solicitar cambio de corral más adelante para lagar con el grupo, luego pasé por el retiro de la polera. Al costado estaba la tienda oficial de Adidas, sponsor de la carrera, donde habían gente vuelta loca comprando la indumentaria con el logo oficial.
El día sábado era el día GENERALI BREAKFAST RUN, una carrera de 6km en modo lento donde piden correr a no más de 6:30-7:00 por Km hasta el Estadio Olímpico de Berlín, reconstruido durante el régimen Nazi y lugar donde Jesse Owens, un atleta negro, ganó cuatro oros olímpicos ante los ojos de Hitler, demostrando superioridad antes los sólidos rivales alemanes.
Esta carrera es una verdadera fiesta de nacionalidades, los corredores lucen orgullosos sus banderas y en todo el trayecto hay música con entusiastas corredores luciendo sus colores. Alegría total! Omar, Pablo y Ruth vueltos locos corriendo junto a los africanos que llevaban un verdadero carnaval con canciones que no entendíamos pero motivaban el ambiente. Así, sin darnos cuenta llegamos al estadio emocionados. Batucadas, música, fotos, videos, ganas de correr. Volvimos a encontrar al grupo afro cantando y bailando alegremente. Por los micrófonos se escuchaba los saludos a los distintos países participantes. Por ahí también Chi Chi Chi le le le

Fue esta carrera una hermosa experiencia, no se la pierdan si algún día tienen la oportunidad de ir a Berlín.
Por la tarde, nos fuimos a la tallarinata preparada por Angelica y Ruth. En ambiente distendido comentamos nuestra expectativa individual para la carrera. Después de escucharlos a todos, note que realmente cada uno se tenía mucha confianza. Por otro lado, me cargaba de energía con los mensajes de los amigos por redes sociales y los mensajes de mi mamá que como nunca estaba pendiente de mi travesía. Infinitas gracias a todos por los buenos deseos.
El día de la carrera del casi record del mundo
Y llego el domingo, día de la carrera. Había dejado todo en orden la noche anterior, zapatillas, polera, geles, sales más algún medicamento para el dolor.
Salimos temprano a tomar el metro, que por cierto es gratis para los corredores el día del maratón. Subimos a un carro lleno de corredores donde casualmente frente a nosotros estaban sentados Ruth, Angelica y Hardy. Como si nos hubiéramos puesto de acuerdo!
Baje rumbo a la largada con algo de nervios, atenta a que no apareciera alguna molestia. Si bien iba por mi séptimo maratón, creo que todas son distintas. Es más, después de volver a correr post lesión ha sido como volver a aprender a correr y conocerme porque las sensaciones o el enfoque cambian, prevaleciendo la salud por sobre cualquier riesgo. Por lo tanto, era como correr mi segundo maratón, pues por primera vez después de Nueva York, podía pensar en buscar una buena marca.
Estábamos felices, yo más feliz porque me sentía acompañada de lindas personas, algunos en su primer maratón fuera de Chile y nada menos que un Major. Por nuestro lado caminaban corredores seguramente con similar sensación.
Pasamos al baño y luego a encajonar. Nos separamos de Yess y Ange que partían en corral distinto. Con Ruth, Hardy, Omar y Pablo fuimos en busca del corral E. Aquí debo admitir que he visto mejores organizaciones de corrales, ya que hay menos control y respeto por el lugar de largada. Tanto así, que me perdí del grupo intentando avanzar, vi gente saltando la reja, entonces opté también por saltar faltando unos 5 minutos para la largada oficial.
En ese momento pensé “voy a disfrutar la carrera”, porque muchas veces estamos demasiando enfocados en el objetivo que nos perdemos las cosas buenas de la ruta por ir como caballos de carrera. Sobre todo en un Major o cualquier carrera fuera de Chile debemos permitirnos disfrutar para poder conocer la ciudad y aquellos lugares que a veces solo vemos por TV.
A punto de largar comencé a buscar GPS con mi reloj. Recomendable probar porque me paso en Nueva York que con el tumulto de gente aparentemente, mi reloj no logró conectarse sino hasta después de unos 6 km. Largue entre la efervescencia de los corredores, totalmente motivada y con la fe intacta en hacer una buena carrera. En mi mente estaban los compañeros y amigos que nos seguían desde Chile a las 4.30 de la mañana, en Berlín las 9.30 hrs. Sabía que Eli, Claudia y mi coterránea Tanya estarían pendientes.

Era una mañana con clima algo húmedo producto de la intensa lluvia de los días previos. De hecho, se anunciaba lluvia para ese día a eso de las 12hrs.
Llegue al km5, primer Check Point a ritmo planificado. Por mi lado, runners corriendo a ritmos similares, todavía con la motivación por la nubes. Avancé hasta el km10 con la misma energía e intentando controlarme, enfocada, quizás demasiado enfocada en mis sensaciones. Corría a estar alturas a paso de 4.45 aproximadamente por kilómetro.
Luego, como siempre lo hago en las maratones, me fui poniendo metas parciales. Pensé en el km20. Este sería un buen diagnóstico del resultado de mi carrera. Me sentía bien en esa superficie plana y entretenida con una ruta donde no habían planos de esos interminables. A ratos aparecía una vuelta a la derecha, luego a la izquierda y vamos avanzando. Alcancé a uno que otro pacer de 3.30 hrs…pensé que correspondía a pacer del corral anterior pues no cuadraba con mi ritmo. Así llegue al km20, me di cuenta que corrí poco más rápido de lo planificado, sin embargo, me sentía bien.
En cada Punto de control pensaba en los compañeros que nos seguían en la App del maratón. Esta es una motivación importante para mantenerse firme sin bajar los brazos. Pensaba que estaban ahí siguiéndonos, pensé en mi familia, de quienes me enteré después, que se levantaron a ver el maratón por TV imaginando, quizás, que me podrían ver, sin dimensionar que yo llegaría a la meta cuando la transmisión ya habría terminado. Yo feliz de saber que al menos pueden ver por TV los lugares que recorro.
Llegué al km25 sintiendo algunas señales de contractura, tomé un analgésico que me dio Pablo. De pronto me doy cuenta que hace rato estaba lloviendo, pero no me importó. Estaba más preocupada de continuar el plan de carrera y controlar las molestias. Debo decir que para mí el maratón comienza en el km25, por algún motivo, se me pasa por la cabeza que llevar poco más de la mitad del recorrido es haber avanzado mucho pero también queda mucho, pero se debe sobrevivir con cabeza fría.
Así con la cabeza fría llegue al Km30. Debo decir que pasé por todos los puestos de hidratación anteriores porque sentí la humedad. Tomé todos los geles planificados y algunas sales. Aquí volví a tomar un analgésico dado que estaba entrando en pánico por mis gemelos y soleo apretados. Recuerdo que llovía intensamente, me acerqué al costado de la ruta para estirar un poco, retomo la carrera…de pronto escucho a Carla que me grita sonriendo “¡Dale Lucy mierda!” Yo solo atino a mirarla disponiéndome a continuar…la perdí de vista.
Sigo con dolor en los gemelos y ahora planta del pie, me digo “esta la tienes que terminar, no hay dolor…” intentando persuadir a mi mente. Ya no era fácil. En el km34 aproximadamente me detengo completamente en un puesto de hidratación, pero está vez mis piernas no respondían. Gran error! Nunca detenerse 100% a estas alturas de la carrera, solo atiné a respirar profundo para seguir adelante pensando en terminar esos 7km restantes que a este nivel se transformarían en una eternidad.
La lluvia persistentemente nos golpeaba en la cara, el maquillaje comenzaba a derramarse y los pozones de agua ya empapaban mis zapatillas regalonas. No importa, pensé, por último culparía a la lluvia. En algunos puntos había fotógrafos. Algo que también he mejorado y que puede parecer superficial en el running, es que aprendí a identificar a los fotógrafos y posar para la cámara con la mejor sonrisa, algo que sale natural en los primeros kilómetros, pero hay que ser buena actriz después del km35.
Se acerca el Km40, siento dolor con mezcla de emoción, pienso que debo enfocarme en el entorno para vivir realmente estos últimos kms. La verdad, lo único que anhelaba era ver la Puerta de Brandeburgo para que mi cabeza entienda que ya estamos por llegar. Por el costado había mucha gente, así como en todo el trayecto, con paraguas y mantas de nylon alentando y gritando el nombre de los persistentes corredores para darles fuerzas.
¡Yo solo pensaba en la famosa Puerta! Sigo con vuelta a la izquierda, vuelta a la derecha, izquierda, derecha y aparece. Esta puerta fue construida como símbolo del triunfo de la paz sobre las armas en 1791, posteriormente fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial, luego atrapada entre el muro que dividía Alemania y finalmente rescatada tras la reunificación ¡Cuanta historia en mi punto de referencia! Yo con ganas de llorar. Me gusta la Historia, por lo tanto, estaba en un lugar que antes conocí en mis libros. Que alegría y gratitud por la oportunidad de poder poner mis pies ahí haciendo lo que más me gusta.
Miro el reloj sin importarme mucho el tiempo final, ya me sentía pagada habiendo terminado y logrado una buena marca, quizás no cumplí con mi meta autoimpuesta pero estaba feliz de lograr cruzas esa meta, me permití observar a todos alrededor ¡Solo corredores emocionados!
Seguí firme en los siguientes 400 metros hasta la meta ¡Ahora sí! Misión cumplida. Mi séptimo 42km y tercer World Marathon Majors…¡Quién lo diría! Si cuando empecé a correr solo quería correr para mantenerme activa y en forma, pero la vida me ha premiado con conocer el mundo a través de esto que es mi infinita pasión. Una pasión o afición que ahora es compartida con personas maravillosas que he conocido en los años de running.
Después pasé a buscar mi medalla, converse con algunos corredores, pedí a un japonés que me tome la foto para la historia, me pidió lo mismo. No sé como pero nos entendimos. La lluvia había cesado un poco pero comenzaba a aparecer el frio. Pase a buscar el poncho y corrí o intenté correr hacia el punto de encuentro que habíamos acordado. A lo lejos veo a Omar y Pablo, me acerco y veo sus ojos llenos de lágrimas. Les pregunto por el resultado y me comentan que ambos habían hecho PB. Un nudo en la garganta aparece en mí, los abrazo. Yo no hice PB, pero me emociona que del esfuerzo y la pasión que le ponen se vean reflejados resultados positivos. Por otro lado Hardy, también sacando pecho me cuenta como le ha ido a su pupilo. Poco después, me acuerdo que llevo el celular, reviso los cientos de mensajes donde los compañeros nos felicitan.
De pronto vi un mensaje donde Caro Salas dice que Yesenia viene acelerando, que Ruth está sólida y Angelica a paso firme. Al rato llega Yesenia con una sonrisa gigante y sus ojitos brillosos. Había hecho tremenda carrera después de años de perseverar con los 42K. Después nos enteramos, igualmente por el chat, que Ruth había llegado también con PB. A sus 67 años y con esa mente de acero que tiene había corrido como nunca…después me comenta que solo pensaba en su hijo ¡Más emoción!
Al rato aparece Angelica mojada entera pero saltando de la emoción ¡Es una tremenda mujer! De tanta emoción se nos perdió Ruth, yo casi muero de hipotermia, Omar seguía emocionado, Hardy iba y venía buscando a Ruth, y…bueno encontramos a Ruth, la abrazamos y nos fuimos todos felices con nuestras medallas.
Mensaje final
Lo mejor del running es esto: llegar a la meta y saber que no estás solo. El sentido de pertenencia a un grupo que entiende de la misma forma el deporte es impagable.
Berlín es una maratón con ruta muy plana, muy dinámica, en los kilómetros finales se siente fuertemente el impacto en los cuádriceps producto de lo plano de la superficie. Por algo se logran ahí los records de mundo, desafío casi logrado este año por Kenenisa Beleke de 38 años quien estuvo a 2 segundos de superarlo. Qué maravilla poder correr por la misma ruta de estos keniatas!
En términos de organización, podría mejorar la zona de los corrales para poder encajonar de manera más fluida y respecto de “fiesta del running”, creo que por ser alemanes seguramente son más estston Nueva York.
¿Era como para hacer PB (record personal) para un simple amateur? Si. Pero estoy segura que quienes estuvimos ahí y lo lograron fue por la constancia con los entrenamientos, por esforzarse por seguir el plan individual preparado por el Coach. Además, dentro las limitaciones de tiempo y capacidad física de cada uno, se ha enfrentado el desafío con humildad, aquí menciono especialmente a Yess y Omar… ¡Son “bakanes”!
Yo me quedo con la experiencia, con decirle gracias a la vida por permitirme conocer lugares en el mundo corriendo con gente linda, porque a pesar de las lesiones y las dificultades he podido continuar, porque elegí un deporte simple que me permite vivir de manera saludable, porque mejora mi autoestima, porque me permite despejar la mente y arreglar mi mundo mientras pasan los kilómetros, porque quizás puedo motivar a otras personas, porque tengo a mi alrededor personas con las puedo hablar horas del mismo tema sin aburrirse.
También destaco que en este deporte somos todos iguales, podemos convivir, como dice “Fipo” las liebres y las tortugas indistintamente. Es más, compartir una misma ruta profesionales y amateurs.
¡Sigamos corriendo, sin prisa pero con constancia!
P.D: En la noche del día del maratón se realiza una fiesta para los corredores donde premian a los ganadores de la versión a quienes vimos en vivo y directo. Además bailamos como 3 horas después de correr los 42km…¡Gran experiencia!!